LAS VIAS DE LA MUERTE

- Opinión sobre los accidentes de carretera -

Enterarnos por medio de la prensa que ocurre en accidente en las carreteras del interior y conocer el saldo de fallecidos y heridos es suficiente. Pues cada día tenemos que escuchar la misma noticia una y otra vez en cada uno de los medios de comunicación, dándonos una triste noticias más la cual debemos de lamentar. El dolor ajeno es potente cuando al apreciar imágenes o informaciones con respecto a un accidente de tránsito dejando víctimas fatales y sin alguien que se responsabilice por dicho suceso.

Hasta hace unas semanas era como el pan de cada día escuchar la cantidad de accidentes ocurridas en diversos puntos del país, sobre todo aquellos donde las víctimas eran inocentes pasajeros de buses interprovinciales que se dirigían de un lugar a otro solo con la intención de ver a seres queridos o simplemente por necesidad de trabajar.

Da lástima enterarnos que familias enteras lo pierden todo a la partida de un ser querido, que los reclamos que ejercen hacia los medios de transporte son vanos puesto que ellos mismos no quieren aceptar lo ocurrido y solo les queda apuntar con su índice hacia otra dirección insinuando a un desconocido como gestor de lo ocurrido.
Como se conoce, desde el mes de enero hasta agosto del presente mes, se ha provocado un aproximado de 397 fallecidos, de los cuales 36 perdieron la vida durante el mes de fiestas patrias (fuente RPP)

Si hay algo que conmueve mas, es la participación del ministerio de Transporte en este caso, puesto que no les presta importancia, y se comprobó ello cuando se dejo de lado el famoso plan “Tolerancia Cero” por parte no solo del ministerio, sino también de las propias fuerzas policiales.
Como se conoce, este plan no resulto según la defensoría del pueblo, quienes tampoco pudieron realizar una labor exhaustiva para frenar la cantidad de muertes que se provocaba por el mismo motivo (Fuente El Comercio)

No podemos hacer nada, ni siquiera la intervención inmediata podría salvaguardar a aquellos viajeros que suben a buses en mal estado, sobre todo a aquellos que creen estar seguros viajando en uno de los tantos buses donde ni el SOAT, ni el cuidado al chofer están presentes.